Sólo
a fines del siglo XIX y principios del XX, las actividades económicas
dirigieron su interés hacia la selva tropical (plumas, pieles y variedades de
caucho). El transporte de artículos dependía del Orinoco y el comercio se hacía
con Venezuela y Brasil; sólo existía una pequeña aldea colombiana, Aman avén, y un puesto de policía, Puerto Limón,
sobre el río Guaviare.
La
explotación por parte de extranjeros del caucho, tales como los venezolanos
Roberto Pulido y Tomás Fúnez, quienes dominaron con terror las caucharías hasta 1921, originó la creación de una
comisaría especial en 1900, que fue suprimida pocos años después. En aquella
época sólo existía una pequeña aldea colombiana, Aman avén, y un puesto de policía, Puerto Limón,
sobre el río Guaviare.
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